A NOMBRE DE LA CARAVANA DE PADRES Y ESTUDIANTES DE AYOTZINAPA, QUE RECORRE EL PAÍS CONTRA EL OLVIDO

Jesús Solís Alpuche

Este trabajo que realizamos es por no perder la memoria de lucha de nuestros jóvenes y de nuestros pueblos. Hace 33 meses en Iguala, Guerrero, los normalistas de la Escuela Normal Rural, Raúl Isidro Burgos, con el mismo objetivo, contra del olvido del crimen de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968, se disponían a viajar a la Cd. De México a la manifestación anual de recordatorio, fueron atacados y desaparecidos por fuerzas del crimen organizado y del (des)orden al servicio del Estado mexicano.

Murieron tres jóvenes, entre ellos Julios Cesar Mondragón, que fue vilmente desollado de su joven rostro. Fueron desaparecidos, hasta hoy 43, cuyos padres, compañeros estudiantes y maestros no han dejado de buscar y señalar que “NOS HACEN FALTA”.

Para nosotros, organizaciones que apoyamos la caravana de Padres, estudiantes y maestros, que recorre el país de paso en el sureste, su recorrido es factor de identidad contra la violencia general que está agobiando a México, y en particular de la violencia de Estado, contra los jóvenes campesinos de las normales rurales, que pretenden acabar, para acabar con la digna diversidad cultural que nos caracteriza a México como país.

La Caravana que nos visita de Ayotzinapa es la voz, la palabra contra el olvido de los crímenes de lesa humanidad que las clases dominantes imponen históricamente a los pueblos mediante el olvido a que nos somete, con su poder de control ainformación.

Es un factor, hoy más que nunca, para hablar  y remontar el sistema de intimidación y miedo que impide a nuestras mayorías, la reconstrucción posible de la seguridad nacional perdida y empesar a aspirar al Estado de Bienestar posible que por derecho, todos merecemos, con justicia y dignidad.

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