Hoy en Muna, Yucatán estuvimos con los padres y estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, que en Caravana, visitan Yucatán denunciando, de viva voz, las cuatro lineas de investigación, truncas, por la «mentira histórica» respecto a los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, en cuyo contexto, hay un imperio criminal de trasiego de drogas de Iguala a Chicago, que deja 10 mil millones de dolares al año, con el que los normalistas toparon sin querer, en uno de los 5 autobuses que tomaron el 26 de septiembre de 2014 para viajar a México, al mitin del 2 de octubre en Tlaltelolco, por lo cual, el gobierno ha cerrado, estas lineas expuestas por los peritos argentinos y el grupo interdisciplinario de expertos de CIDH.
Los discursos de los oradores se centraron en el destino de las futuras generaciones de las Escuelas Normales Rurales, de los normalistas y de la juventud mexicana en general amenazada por un sistema de impunidad, al que es urgente combatir, cuando se viene estableciendo una forma de cultura violenta y arbitraria de parte de un sistema de Estado que la actual clase política no da visos de querer cambiar.
El tema de la «llamada «Mentira Histórica», que hasta hace dos años, nuestro amigo Temoris Grecko consolidó en pos de su cortometraje «Mirar Morir», toma fuerza cuando se sabe que en el municipio de Iguala, en la sierra de Guerrero, desde la segunda guerra mundial, los nazis alemanes descubrieron en México, campos disponibles que son propicios para la producción de la amapola.
El contexto en que se realiza la desaparición forzada de los 43 normalistas y la muerte de 3 estudiantes en el acto, el 27 de septiembre de 2014, según Temoris Grecko es que desde los años 70, en el mnunicipio de Iguala, se fue consolidando un proyecto productivo de amapola para extracción de goma de opio y procesamiento de heroina, cuyo tráfico de Iguala a Chicago, se vió amenazado por la toma del autobús de parte de los normalistas la madrugada de 27 de septiembre.
La versión que el gobierno mexicano quiso imponer como verdad histórica se reveló ya como una mentira, pero no es suficiente con señalarlo: las evidencias están ahí y hace falta descubrirlas, reunirlas y ordenarlas para comprobar cómo es que lo que Peña Nieto y sus procuradores presumen como la investigación más profunda que se ha hecho, en realidad es una mezcla de maldad y descuido, torpezas y abusos en materia de impunidad.
Los Padres y Estudiantes de Ayotzinapa que vienen en la caravana no dicen que el tráfico de heroína sea la principal causa de los hechos, pero su testimonio, de lo que viene sucediendo en el país, con las desapariciones y los daños colaterales en la supuesta guerra contra el crimen organizado, crecen cada día más, y nadie lo dice, porque los medios, al servicio del sistema, y la misma clase política, consideran mejor la propaganda inútil, de las campañas electorales, quizás como una estrategia para apartarnos de la realidad que viene. chantzacan@hotmail.com
