Sololá, Guatemala, a 30 de abril de 2018 (Bernardo Caamal Itzá).
“En nuestros niños y niñas se encuentra la esperanza de estas semillas que un día nos heredaron nuestros padres, abuelos y abuelas, nosotros queremos que la conozcan, lo cultiven y lo mejor es que la cuiden, tal como nosotros hemos hecho a lo largo de nuestras vidas” señaló uno de los Jmen o sacerdote maya que realizó ayer la ceremonia de la bendición de las semillas nativas y en este mismo día celebró el día del niño al hacer esta entrega simbólica a infantes mayas, y con esto concluir las actividades programadas en el marco del el 6to Encuentro Continental Red Semillas de Libertad que inició el pasado 27 de abril en las instalaciones de la Universidad del Valle de Guatemala ubicado en Sololá.
Quiero que todos sepan aunque lo dije en mi idioma. Invoque a todos los grandes señores del monte, de los cerros, barrancos, del agua, viento y todos aquellos que intervienen para que estas semillas germinen, crezcan, se desarrollen y produzcan. Quiero que los abuelos y las abuelas constaten este esfuerzo campesino, nos protejan y nos alienten a trabajar en el cuidado de estas semillas de la vida – resaltó el venerable anciano entre que bendecía las semillas.
Estas semillas se parecen a nosotros, también somos semillas, así que en cada uno de nosotros desaparezca, nos llevamos consigo información de suma utilidad para la humanidad, lamentablemente, no todos coinciden con nosotros en el cuidado de éstas, por eso intentan desalentarnos. No duden, tengan fe porque trabajan con el espíritu y del respaldo de quienes habitaron estas tierras.
En estas semillas que hacemos entrega hoy a los niños, es importante para que ellos sepan de lo que significa para nosotros, tal como lo hicieron en su momento por nuestros abuelos. Ellos nos entregaron esas semillas y aunque no son las mismas, pero seguimos reproduciéndolos para darle esperanza a nuestros hijos y nietos” señaló el jmen a los asistentes.
Escuchar estos mensajes de la vida en un ambiente impregnado con copal y el sonido de los caracoles y del tambor, los asistentes por su parte, todos hincados ante el altar de las semillas y del fuego sagrado, estoy seguro que estas palabras de quienes han vivido profundas guerras en estos territorios no solo saben de lo que dicen sino nos inducen a continuar con esa filosofía de vida, trabajar en los temas que magnifican la esperanza y levantar el ánimo de vivir en nuestras respectivas comunidades.
Entre esas palabras sagradas pronunciadas, momentos en que se dejó sentir una ligera brisa, entre que el antiguo payaalchi (antiguos rezos mayas) era pronunciado en el idioma de estos territorios y quienes lo hacían reflejaban en sus rostros una expresión capaz de transmitirnos aliento y esperanza.
“Cuando crees en lo que haces y sabes lo que significa para los tuyos, será ese momento en que tendrás el cobijo de los grandes señores de la vida ¡No lo duden! Porque si hemos vivido a lo largo de miles de años en estos lugares, es porque tenemos la protección de nuestros abuelos y abuelas.
El bien común es parte de nuestra esencia como pueblo, somos seres de luz y nos buscamos el tener, sino servir y hacer uso de nuestras capacidades y respetamos nuestro entorno, y todo esto lo saben nuestras semillas, aclaró el jmen.
Entre estas reflexiones del jmen que invocó a los grandes señores de la vida, resaltó lo que significa estos momentos para los asistentes, por su parte los niños con las mazorcas en sus manos escuchaban a detalle el significado de estas semillas.
En sí fue una gran ceremonia de gran trascendencia para quienes asistieron porque todos recibieron el síibal o el gran regalo de los grandes señores de la vida, las semillas y de los motivos porque hay que luchar por ellas “Ellas nos hablan del pasado, son nuestra presente, pero sin ellas no tendremos futuro – subrayó el jmen en la parte final de la ceremonia que tuvo una duración de más de dos horas.
Al término de esta ceremonia los asistentes participaron en el encuentro e intercambio de semillas nativas, en donde no solo se observó una gran diversidad de semillas, sino otras formas de comunicar la valía de ellas, como la fotografía, libros, entre otros, y con esta actividad concluyó este encuentro internacional en la que asistió más de 250 personas que trabajan con las semillas, los pueblos originarios y su territorio quienes son oriundos de Latinoamérica y de Europa.