Por: Jesús Solís Alpuche
La campaña interna para el cambio de la directiva nacional del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (morena) que se ha iniciado con palpitante inquietud política, está removiendo sentimientos encontrados en las filas identificadas con la izquierda local y nacional. En septiembre se realizarán 300 asambleas distritales en los distritos electorales del país, para elegir 3 mil consejeros que decidirán las comisiones ejecutivas estatales en las 32 entidades federativas del país y éstos, elegirán a la Comisión Ejecutiva Nacional del partido, el próximo 20 de noviembre.
Dentro del marco del sistema capitalista que vivimos, la verdad tiene la mala costumbre de pasar desapercibida para la mayoría del pueblo impactado por una cultura fatalista de ver la política. Carga que históricamente se desprende y promueve desde una clase dominante, creativa de incertidumbre, para deteriorar la confianza popular, al grado de contrarrestar su posible empoderamiento, que haría posible otra correlación de fuerzas, a disgusto de las minorías que solo saben “ganar, ganar”, mientras las mayorías impotentes, se refugian en la resignación.
Nunca en la historia del periodismo mexicano, un gobierno había recibido tantas críticas juntas, de la derecha y de la izquierda, como el de López Obrador quien asumió el poder hace ocho meses. Esta guerra mediática híbrida, junto con la forma de administración de la justicia del actual Poder Judicial, parece un “golpe de Estado blando”. Carlos Mendoza director del histórico Canal 6 de julio, dice que puede parecer una historia de la conspiración, pero: «Los indicios coinciden con el método del ‘golpe suave’ y permiten sostener esa hipótesis. Se trata de la presencia de algunos tanques de pensamiento ligados a corporaciones muy poderosas en EE.UU., que han estado actuando, por ejemplo, en apoyo de la oposición venezolana, en la parte más radical, más violenta, que están presentes en México y están auspiciando algunas expresiones que adoptan un discurso no tanto de crítica sino de desestabilización».
Y en efecto, están tratando de impedir el sentido de pertenencia hacia la actividad social, de impedir la sinergia en los movimientos sociales y revertirlos en sus particularidades en contra de la 4ª.T. Desde el segundo mes de gobierno están acusando al presidente de aspirar a una dictadura cuando no hay algún elemento serio para afirmarlo. Hay una serie de coincidencias y actuaciones que podrían cuadrar plenamente con el método del Golpe Blando, que reiteradamente ha sido puesto en práctica en Sudamérica con distinto éxito y que está plenamente explicado por expresidentes, como Correa que lo sufrió, o el politólogo Gene Sharp, que con toda claridad expone 198 maneras de derrocar a gobiernos que ellos consideran dictatoriales y en su libro, “De la dictadura a la democracia”.
Esos golpes se llevarían a cabo mediante una serie de medidas que van desde el debilitamiento gubernamental hasta la fractura institucional en cinco etapas: Acusar al gobierno de intolerancia, de violentar los derechos humanos, la libertad de expresión y libre manifestación pública; guerra psicológica y confusión en la conciencia social para la desestabilización del gobierno; preparar el terreno para una intervención militar o guerra civil prolongada.
Este tipo de propaganda busca, además, hacer perder la esperanza a la sociedad y, a la misma izquierda acrecentar sus conflictos internos al grado de acusarnos mutuamente de ser infiltrados, o radicales calificados de conservadores.
En diversas reuniones que he sostenido, recientemente, con grupos de activistas de las diferentes corrientes de izquierda coincidimos en que le pueblo yucateco es conservador por diferentes causas concretas como la sangrienta represión a los mayas en la llamada Guerra de Castas en que los líderes indígenas fueron masacrados como escarmiento, y miles de mayas fueron castrados y enviados a Cuba como esclavos. Los asesinatos de Felipe Carrillo Puerto y sus hermanos y, la claudicación de Partido Socialista del Sureste, que en 1929 se adhirió al Partido Nacional Revolucionario, (PNR) y 1936, sirviendo al callismo, se opone a la 3ª. Transformación Cardenista, e incluso, ese mismo año, se le complica en los asesinatos de Ignacio Mena y Adalberto Sosa en Temozón, de Felipa Poot en Kinchil, de Rogelio Chalé regresando de Dzitas a Mérida, cerca de Xocenpich.
Pero hay que decir, que este consevadurismo yucateco, depende de la conciencia de los liderazgos de izquierda local, conformados desde el proyecto y la lógica de la clase dominante en Yucatán, y su identidad con las inquietudes reprimidas del pueblo.
Hoy, el modelo económico y político neoliberal está en crisis a nivel mundial, y en nuestro país está en su máxima expresión. Cuando el Presidente dice que el neoliberalismo se acabó, es que el gobierno de la 4ª.T le está poniendo coto a la lógica neoliberal del capitalismo y corrupción extremos. A la lógica dominante en los últimos 30 años de supeditación a la lógica del saqueo de la nación y la opción por los pobres. Y esto es lo que tenemos que ver y promover entre nuestro pueblo, para que tome cartas en el asunto de configurar y rediseñar su forma de participación en los asuntos públicos. Tenemos que ver en Positivo. Amlo dice que hay que separar el poder político del poder económico. Entonces tenemos que separar a la Izquierda y la 4ª.T, del PRIANISMO y sus vicios de conjunto, no coyunturales ni personales.
En nuestra lógica para mover la 4ª. T debemos reconocer, que es mejor equivocarnos apostando al Cambio Verdadero, que perder la esperanza y aceptar seguir con los mismos vicios políticos del PRIAN. Desde ahora hay que promover la unidad de la Izquierda, para la Regeneración (política) Nacional chantzacan@hotmail.com
