Por: Jesús Solís Alpuche
Aunque no era yucateco fue uno de los que mejor estudió y conoció los ecosistemas en la Península. Y uno de los más preocupados por la falta de drenaje de desechos en la ciudad de Mérida, así como de la contaminación de los acuíferos y los cenotes en la Península.
Lo conocí en 1987, cuando el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas rompió con el PRI y por primera vez vino a Yucatán como disidente apestado para los priistas yucatecos, siempre amarrados al partido de Estado de entonces, y sólo nosotros le hicimos caso.
Entonces Francisco era empleado federal, y su principal preocupación era el neoliberalismo que se nos venía encima, pero estaba dispuesto a luchar por sus ideas cardenistas en defensa del Estado de Bienestar, no como otros que priorizaban su empleo dentro del sistema, que implacable, nunca le reconoció antigüedad y sus derechos a la pensión y menos a la jubilación.
Cuando me retiré del servicio en la SCT, hicimos un grupo de estudios del materialismo histórico, en el que luego participé poco, con Hernán Morales medina, Frantti Cardeña, Eulogio Pérez Peniche, Carlos López Díaz y otros que ahora no recuerdo. Francisco McManus Soto era un convencido del marxismo como ciencia, no como ideología, y estaba pendientes de todos los procesos y movimientos sociales que se dan desde 1968-88 y cada vez más se radicalizan en la vida de México.
En 1993 fundó con los arriba mencionados el Instituto para la Protección al Medio Ambiente. Pues desde entonces veíamos venir la depredación que el neoliberalismo económico y sus corporaciones de extractores de recursos naturales impondrían al país, después del fraude en que el PRI y el PAN impusieron a Carlos Salinas desde el llamado Colegio Electoral, ya que Manuel Bartlet, entonces Secretario de Gobernación y responsable de la Comisión Electoral Federal (CFE) se negó a responder por el fraude ante la evidente derrota del PRI frente al FDN, que postuló a Cuauhtémoc Cárdenas, argumentando que el sistema de cómputo había caído. Pero Salinas el PAN y sus tecnócratas se impusieron a la voluntad del pueblo de México y así empezó la privatización, y la depredación de la propiedad nacional.
Cuando el PRD evidencia su desdibujamiento McManus se aleja de la militancia, pero sus convicciones de Izquierda lo siguen atrayendo a la participación de los asuntos públicos, principalmente en las diferentes y diferidas luchas ambientalistas por el cambio climático. Economista de profesión y estudioso de las contradicciones más violentas del capitalismo, de lo global a lo local, que a partir del neoliberalismo son directas en contra de la vida natural; Francisco, desde su trinchera de Radio Ecológica, la Voz del Mayab, nos abre espacios a los activos de Izquierda y gente de la cultura en general.
En 2012, varios compañeros ya sin expectativas en el PRD como opción de cambio iniciamos la construcción del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en Yucatán por iniciativa de Andrés Manuel López Obrador. McManus fue consejero local en el primer Consejo Estatal de Morena como partido y siempre fue consecuente, no obstante su pensamiento crítico, con el controvertido desarrollo de Morena en Yucatán, aportando siempre a la unidad en talleres de orientación política en materia de economía y ecología.
Con El, durante dos años realizamos el Programa de Soberanía Alimentaria y Desarrollo Sustentable, a nombre de El Barzón, Yucatán. Fue una suerte de experiencias para mí, el discutir al aire, en Radio Ecológica, la compleja situación de la defensa del medio ambiente, los derechos humanos y la libertad de expresión, en un mundo donde la prioridad es la economía y el libre mercado, frente a la salud ambiental y la vida en general sobre el planeta. Siempre me dio respuestas justas basadas en el sentido común. Y nunca me dio indicaciones de qué hablar o de qué no hablar. Por eso digo que con Francisco McManus, la Izquierda yucateca pierde el valor de un Ser Humano estricto, en el estudio y el conocimiento con gran exponente.
En este mensaje acompaño en el dolor y sentimiento a su compañera esposa, María Pía, a sus hijos y amigos cercanos, por la pérdida física del Camarada.