BASTONES DE MANDO Y GUBERNATURAS INDÍGENAS MARCA “PATITO”

Por: Jesús Solís Alpuche

Recibí de nuestro amigo Bernardo Cáamal Itzá (El Arux Kat) este importante comentario firmado por Graciela Michuca Martinez en que nos documenta la manipulación y el origen priista, del Estado de México, e intereses empresariales y políticos que se tejen a través de las llamadas entregas de Bastones de Mando y “gubernaturas indígenas”.

La doctora Araceli Burguete, coordinadora de Posgrado de la Unidad Regional Sureste del CIESAS, comenta respecto a las llamadas gubernaturas indígenas: “La representación indígena legítima no funciona con base en gobernadores, con tal diversidad étnica no es posible llegar a una figura así. Esta gubernatura fue creada para lucrar con las comunidades, con los derechos de propiedad intelectual de las mujeres indígenas, está el negocio de lo étnico, de la diversidad cultural. Los está moviendo un empresario”. De donde se desprende que los llamados Bastones de mando y las gubernaturas son “Patito”

Durante las últimas semanas se ha conocido del nombramiento de gobernadoras y gobernadores indígenas en varios estados del país por una organización que se gestó hace algunos años en la priista Confederación Nacional Campesina (CNC), que se denomina Gubernatura Indígena Nacional A.C., que tuvo como objetivo legitimar entre los pueblos indígenas la política del entonces presidente de la República Enrique Peña Nieto, pero sus resultados fueron poco alentadores.                                                                                                                                                       

Al llegar la campaña presidencial de 2018, dicha asociación civil fundada en el Estado de México, decidió echarle la carne al asador por José Meade, pero al percatarse de su declive, sus dirigentes empezaron a coquetearle al proyecto de Andrés Manuel López Obrador, a tal grado que lo convencieron, de que recibiera un bastón de mando de los pueblos originarios de México, sin que dicha asociación civil tenga la legitimidad.


Se organizó el acto del primero de diciembre en el zócalo de la Ciudad de México, ante la oposición de grupos con mayor incidencia entre los pueblos indígenas como es el Congreso Nacional Indígena (CNI), así como académicos y autoridades indígenas que tienen una representación legitimada.

De la ceremonia del primero de diciembre se generaron daños que aún no son subsanados como la destitución de José Isabel Sulub, como presidente del Consejo Supremo Maya de Quintana Roo y general del Centro Ceremonial de la Cruz Parlante, quien terminó entregándole el bastón a AMLO, a pesar que Hipólito Arriaga Pote, quien se dice gobernador nacional indígena y presidente de la asociación civil Gubernatura Indígena Nacional había anunciado que él lo entregaría.


Sobre ese episodio del primero de diciembre en el zócalo de la capital del país, aún tiene que informar sobre qué pasó, el actual director General del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), Adelfo Regino Montes, quien fue el operador de ese encuentro, ya que esa fecha fue el parteaguas para empoderar a esta organización civil que tiene todo tipo de objetivos, menos el de apoyar a los pueblos originarios del país y que está sobreponiendo una estructura política sobre la organización propia de los pueblos y comunidades indígenas, lo que trae como consecuencia desinformación y confusión. 


Este asunto no solo queda en el ámbito de control político electoral y para beneficiarse con los programas gubernamentales del gobierno federal, sino que es el momento de advertirlo, es tener voz y poder de decisión sobre los pueblos indígenas a la hora de que estos tengan que defender sus derechos durante la construcción del Tren Maya y toda aquella intervención gubernamental y de capital extranjero en los territorios indígenas de Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco, Chiapas, pero también en Oaxaca donde se diseña el anhelado proyecto estadounidense del Tren Transístmico, aunque en aquella entidad, la organización comunitaria de los pueblos zapotecas del Istmo de Tehuantepec, tienen otro perfil organizativo.

En Q. Roo, sin tomar en cuenta la estructura religiosa militar que tienen los indígenas mayas a través de sus centros ceremoniales, el gobierno les sobrepuso una estructura burocrática administrativa por medio de las leyes de Justicia y Cultura indígenas, la llamada Gubernatura Indígena Nacional “le nombró” a los indígenas mayas de la entidad una gobernadora, lo que representa una falta de respeto a la población maya. Minelia Dzul Ic, fue la persona a quien nombraron gobernadora indígena de Q. Roo, durante un acto político llevado a cabo en Dziuché, en contravención a los usos y costumbres mayas y de las mismas leyes del derecho positivo que se generaron durante el gobierno de Mario Villanueva Madrid. Hasta el momento, la directora General del Instituto para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Delta Moo, se ha abstenido de opinar al respecto.

En Yucatán, también ya les nombraron a su gobernadora indígena, se trata de Ignacia Margarita Torres Sansores, a quien el pasado 27 de abril se le entregó el respectivo cargo por la Gubernatura Indígena Nacional. No es la primera vez que Torres Sansores busca una representación popular. En el 2015 fue candidata a una diputación local, por el Partido Encuentro Social.

Se le acusa de ser coparticipe de un fraude millonario, porque según ella su nombre fue utilizado por Lenin Genaro Dzul Rodríguez, pre candidato a la alcaldía de Oxkutzcab por el PRI en 2015, quien es el presunto responsable de haber cometido un fraude en ese municipio al ofrecer viviendas a bajo costo, cobrar el dinero y nunca entregar lo prometido. La misma organización civil, en Campeche, nombró como gobernador indígena a Rufino Cruz Cruz, originario de Sabancuy.

En declaraciones a la prensa, Cruz Cruz reconoció el propósito de su nombramiento. “Todos somos elegidos en asamblea nacional en Tlaxcala, nosotros recibimos nuestro bastón de mando para trabajar en el estado de Campeche”, además dijo que llega a sumar y que trabajará “de la mano del gobernador del Estado”, Alejandro Moreno Cárdenas. “Esto para nosotros significa mucho, porque podemos ser un puente con el gobierno”. 

“Se consultó, se está haciendo un censo indígena para ver cuántos tenemos en cada comunidad. Yo fui directamente al Consejo Nacional y tenemos armada nuestra estructura en Campeche, tenemos jefes supremos en cada municipio, son 13, y ellos son los que eligen nuestros candidatos”, explicó, de acuerdo a lo publicado por www.pagina66.mx

“No hablo maya, pero somos de familias indígenas, nos vamos a la ciudad y todo se rompe, todo se pierde, pero eso no significa que no podamos trabajar directamente con nuestra gente en los pueblos indígenas, que son muy abandonados y creo que alguien tiene que levantar la voz, que se escuche lejos, con fuerza, que estamos trabajando seriamente para ellos, qué queremos hoy, dar a ellos lo que por derecho les corresponde”, de acuerdo a la misma fuente.

En Chiapas, María Isabel Ramos Delgado es la gobernadora indígena desde el 15 de octubre de 2017, cuando se le entregó el nombramiento en San Cristóbal de las Casas, allí recibió el bastón de mando de quien se dice gobernador Nacional Indígena, Hipólito Arriaga Pote.

Candelaria Lázaro, una mujer chontal, quien vive en Tucta, es la gobernadora de los pueblos indígenas de Tabasco. Ella conoce a Andrés Manuel López Obrador desde hace 40 años, cuando tenía nueve años de edad, su madre atendió con comida y alojamiento al entonces coordinador estatal del Instituto Nacional Indigenista en Tabasco. La madre de Candelaria trabajó con la primera esposa de López Obrador a cuidar a su primer hijo.  

Después de años de luchar al lado de López Obrador, Candelaria Lázaro identificó diferencias políticas con el ahora presidente de la República, sin embargo, participó en la ceremonia de entrega del bastón de mando el primero de diciembre de 2018. En la víspera, en una casa de Lomas de Chapultepec, entre humo de copal, la representante de Tabasco, Candelaria Lázaro, llamó al nuevo gobierno a no usar a los pueblos indígenas y a defenderlos con hechos, no con palabras, al tiempo que llamó a concretar un verdadero proyecto de unidad entre todos los mexicanos, según narró La Jornada.

Esa misma noche, Hipólito Arriaga, presidente de la GNI, explicó que “el bastón de mando que otorgarán este sábado a López Obrador está hecho de madera de cedro, fue tallado en Tlaxcala y representa cada una de las lenguas indígenas que existen en el país.
“El bastón de mando significa el respeto de los pueblos originarios y, al recibirlo, el Presidente también nos respeta. Es como si fuera la banda presidencial. Este es el momento en que en México hagamos historia todos los que queremos que la vida cambie”, explicó quien aseguró en diversos medios de comunicación que sería el encargado de entregar el bastón en manos del presidente. Algo pasó y don Isabel Sulub, fue el que tuvo el honor, aunque ello le haya costado el cargo de General del Centro Ceremonial de la Cruz Parlante y de presidente del Consejo Supremo Indígena Maya. (CONTINÚA) chantzacan@hotmail.com

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