LA POLÍTICA DE PERDON Y AMOR AL PRÓJIMO, NO SE PUEDE SUSTENTAR EN ESTRUCTURAS VIOLENTAS, O DE PECADO.

Andrés Manuel es uno de los pocos políticos mexicanos que sostiene las banderas políticas del Perdón y el Amor al Prójimo. Esto es extraordinario y positivo. Pero, sin cambiar legalmente las estructuras económicas capitalistas violentas y, de pecado moralmente hablando, es imposible. Porque la corrupción es el lubricante del sistema de vida capitalista.
Por: Jesús Solís Alpuche
1.- Frente a la Nueva Normalidad que nos están imponiendo se sigue diciendo que, las comunidades indígenas están representadas en el Congreso de la Unión y participan activamente en los gobierno federal y locales. Que los sistemas judiciales se ajustan constantemente para proteger sus derechos… Sabemos que estos derivan de la reforma al artículo 2o. de la Constitución Política en 2001 que constituyó un avance porque, aunque NO asume Los Acuerdos de San Andrés, si reconoce la composición pluricultural de la nación sustentada en los pueblos originarios, resultado de una rebelión armada en Chiapas en 1994.
2.- El presidente Andrés Manuel López Obrador estará hoy 3 de mayo el municipio de Carrillo Puerto, Quintana Roo -antes Chan Santa Cruz- para encabezar la conmemoración del fin de la Guerra de Castas -1847 a 1901- y para pedir perdón por los agravios al pueblo maya, esto dentro de los festejos por el Bicentenario de la Consumación de la Independencia de México. AMLO reconoce que hubo una invasión colonialista con dos vertientes de interés, la del exterminio de los pueblos para despojarlos de sus riquezas -como se hizo en USA- y la de arrancarles su cultura imponiéndonos la visión y formas de vida occidental.
3.- Porque el presidente Andrés Manuel se autoproclama un liberal enfrentado al conservadurismo de actualidad y porque en Palacio Nacional, el mandatario señaló que varios generales, entre ellos Victoriano Huerta y Bernardo Reyes, fueron a reprimir a los pueblos indígenas porque Porfirio Díaz decidió quitarles las tierras para entregarlas a particulares “porque supuestamente de esta manera iba a llegar el progreso. Entonces, fue exterminio para progresar. Se decía, eso lo voy a mencionar el lunes, que el progreso del henequén en Yucatán se debía a la esclavitud de los mayas y que era muy doloroso, pero necesario. En una ocasión, Porfirio, que hablaba mucho del tema, llegó a decir de que era como la leva, que causaba mucho dolor reclutar, arrancar de sus comunidades a jóvenes para que actuaran como soldados, que era doloroso, pero necesario”, dijo. -Diario de Yucatán 29 de abril 2021.
4.- Al respecto hay un Ensayo Histórico de Arturo Güémez Pineda, en el que plantea que son los proyectos liberales de privatización del agro yucateco de 1812 a 1847 las causas de la guerra que fue denominada de castas, pero en realidad fue una de las muchas guerras campesinas que se dieron en México, en contra de la modernización y progreso de la época. El trabajo de Güémez presenta una síntesis del liberalismo agrario desarrollado en la península yucateca durante la primera mitad del siglo XIX, señalando los orígenes y consecuencias del proyecto privatizador plasmado en la Ley de Colonización de 1841, con la intención de ofrecer un punto de vista que difiere de aquellos estudios que ven las políticas de enajenación territorial llevadas a efecto en dicho periodo como un proceso lineal y triunfante así como factor principal —o por lo menos como uno de los más poderosos detonantes— de la guerra de castas iniciada en julio de 1847.
5.- El proceso de privatización de tierras de corte liberal iniciado en 1812, a raíz de las acciones legislativas de las Cortes de Cádiz, fue un fenómeno con resultados heterogéneos en las distintas regiones del México de la primera mitad del siglo XIX. Esto se debió en gran medida a que tanto las leyes emanadas del constitucionalismo de Cádiz como las de la época del constitucionalismo republicano, en materia de desamortización territorial, dejaron en manos de las élites gobernantes regionales su aplicación de acuerdo con las «condiciones locales». De ese modo, es posible —a través de distintas obras historiográficas— observar en el panorama nacional una gama de situaciones, pues así como hubo regiones donde las tendencias privatizadoras liberales no representaron líneas para las acciones políticas de las élites, como en el caso del valle de Toluca y Chalco, Estado de México, en otras éstas estuvieron inspiradas fundamentalmente en las dos líneas trazadas desde la emisión de las leyes gaditanas: una se refería al reparto de tierras a las familias indígenas, la cual fue adoptada en regiones como Jalisco y Michoacán; la otra, a la venta de tierras comunes y baldías como una de las vías para obtener fondos para el financiamiento de la administración pública o para favorecer a diferentes grupos sociales en la adquisición de tierras y lograr una eventual colonización, como sucedió, sobre todo, en regiones periféricas como Oaxaca, los pueblos serranos de Sonora, la Huasteca potosina y Yucatán.
7.- La historia de México que conocemos, es parcial y la tratan de desarticular de las globalizaciónes de las formas del desarrollo occidental, de donde provienen los moldes del progreso que se imponen, siempre en detrimento de los pueblos colonizados económica y culturalmente. La describen como una lucha entre buenos y malos mexicanos. El presidente AMLO reniega de las políticas de Maximiliano, Porfirio Diaz, Bernardo Reyes y otros liberales que sólo se adaptaron a su tiempo obedeciendo a los procesos de desarrollo como fue el caso de las leyes de desamortización de tierras y territorios que ocasionó la llamada guerra de castas en Yucatán, y muchas más, en el interior del país entre indígenas que defendían su patrimonio, y los modernizadores instauradores de un sistema de desarrollo en el que las minorías rapaces, tengan el derechos económicos de someter a las mayorías empobrecidas.
8.- Andrés Manuel es uno de los pocos políticos mexicanos que sostiene las banderas políticas del Perdón y el Amor al Prójimo. Esto es extraordinario y positivo. Pero, sin cambiar legalmente las estructuras económicas capitalistas violentas y, de pecado moralmente hablando, es imposible. El combate a la corrupción tiene que comenzar en casa. Con dos pesas y dos medidas como se practica hoy, es la tan excusada casería de brujas tan renegada en la 4aT. AMLO siempre ha dicho que la última decisión debería tenerla el pueblo.
El problema es cómo interpretarlo: ¿en encuestas que solo las autoridades conocen porque ellos las realizan? El problema de fondo y, allí sí son válidas todas las preocupaciones de los críticos, es que el presidente se ha atribuido en exclusiva la capacidad para interpretar la voluntad e inquietudes del pueblo. Si el presidente AMLO parece estar convencido de que habla y actúa en nombre de los pueblos. ¿Para qué necesitamos árbitro si el pueblo es el que manda y él está allí para garantizarlo? Pero que se inicie la formación del empoderamiento popular… Sin esto, sin cambio en la dirección social de las conciencias, sólo tenemos más de lo mismo en materia de presidencialismos. chantzacan@hotmail.com
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