Realmente los funcionarios quieren trabajar para sus ciudadanos o solo para sus intereses?
Peto, Yucatán, México a 31 de agosto de 2021 (Bernardo Caamal Itzá).
A menos de 24 horas en que varios municipios yucatecos realicen su sesión solemne de cabildo, en la que las nuevas autoridades quienes asumirán el poder municipal, se comprometan ante sus ciudadanos para trabajar de acuerdo a la Constitución.
Estoy seguro que en gran parte de los municipios, existan verdaderos cuadros humanos y comprometidos con su comunidad, y que, en las próximas horas, asumirán el compromiso constitucional la de trabajar para el bien de sus pueblos.
Seguramente muchos asistirán a la ceremonia, portando los mejores atuendos, otros muy nerviosos “porque es su primera vez en el encargo” pero llegó el día de la asunción al poder.
Mientras que “los que van” verán la ceremonia desde muy lejos, y no con la alegría de hace tres años. Incluso algunos terminan sus encargos oficiales en donde durante su actuación en el gobierno municipal dejó mucho que desear en el quehacer público, y los resultados saltan a la vista, su partido político perdió la contienda electoral.
Sin embargo, en la actualidad “perder el voto” no siempre representa el sentir de los ciudadanos, porque quienes han tenido la oportunidad de participar en la contienda electoral, saben que las elecciones se ganan “invirtiendo mucho dinero” para aceitar las campañas, en donde están involucradas a las jefas de manzana, “regalos” a los electores, entre otras triquiñuelas que funcionan durante el ejercicio electoral.
Tan solo en cuestión “al de quebrar la decisión ciudadana” hoy en día los métodos para la “compra de la voluntad y de la consciencia ciudadana” se han modernizado, desde el financiamiento en cuanto a los materiales de construcción para las casas, o la promesa de contar con un empleo al “arribar” a la presidencia municipal.
Aunque es un secreto a voces, desde los momentos previos a las campañas, muchos de quienes se interesan en el cargo de regidor, muchos de ellos, familiares suyos “han vivido siempre del erario público” o sea tienen bien claro, lo que significa estar en palacio, un botín seguro para sus intereses particulares.
De tal forma, que ellos saben que partidos políticos tienen amplias preferencias para ganar la contienda electoral y “quienes han vivido del erario público” saben lo que significa eso, por en el interior de estos institutos políticos se “hay mucho pleito por el hueso” en donde se obtenga algún cargo en el servicio público, u otro encargo que represente “jugosas ganancias”, por eso muchos de estos recurren a las antiguas formas de “comprar la plaza” y con eso asegurar su participación en el primer círculo del gobierno local.
Lo que significa entonces, que los gobiernos locales, están plagados por “los mercenarios del poder” y que muchos de ellos, están ahí “porque caminaron e invirtieron mucho para ganar” aunque hay otros actores “son caras muy conocidas” y basta con solo verlos para saber que ellos juegan en las grandes ligas donde impera la corrupción y mucho poder, por eso “ellos sueltan la lana” al candidato, porque saben, una vez que su gallo esté en el poder, tiene asegurado “todos esos beneficios”
Entonces, en los pueblos y comunidades mayas, muchos de estos actores enquistados en el poder, es más se jactan “ya sea verde, azul, rojo, anaranjado y morado, siempre que dejen billete, es lo principal, los demás que sigan peleando esa escoba para barrer “yo cobro sin ir a trabajar”. Eso sí, yo invertí mucho dinero. En cambio, ellos, solo caminaron con el candidato.
-¡Apúrenle! A buscar su esquina para barrer, aunque se molestan mucho, pero solo cobran menos de $1,500 pesos. Dicen
Aunque hay otros pueblos, donde los alcaldes, los ronla de forma semanal, tal como sucede en Tahdziú, pero los salarios, son tan bajos -pero no protestan, dicen los de la oposición- están acostumbrados a la mala vida.
En cambio, los mercenarios del poder, echan a andar su dinero en las campañas, de ahí obtienen “encargos públicos” – desde las regidurías, direcciones y otros cargos públicos- y contratos millonarios, y con eso aceitan sus “grandes negocios” que van, desde el agiotismo, casas para rentar, agrupaciones de taxis y de mototaxis o de otros giros comerciales, en otros negocios que prosperan “gracias a la cercanía al poder”
Es más, muchos de estos actores, se jactan “¡Baax ciudadanos! Nosotros pagamos las campañas y la gente, ya sabe, quien, de más apoyos, es el ganón. Nuestro gallo canta porque tiene buenos padrinos”
¿Y los árbitros electorales? Pues es igual, en los municipios, ya hay “actores previamente maiceados” para hacer de la vista gorda durante el proceso electoral, es más quienes estuvieron vigilando “la certeza electoral” muchos de ellos terminan vendiéndose al mejor postor, y seguramente al término de este juramento institucional, mucho de estos actores, se suman como funcionarios municipales, dejando en claro así, cómo funciona el poder y “como se aceitan” tras las bambalinas.
Entonces, esto deja en claro, porque los regidores incluso de los partidos “de la llamada de la oposición” todos se cuadran y se prestan al mal ejercicio público, tal como sucedió en Peto, y que se evidenció más en este trienio que termina, en donde la administración 2018-2021, aunque hubo una gran diversidad de colores partidistas, pero durante estos tres años, fueron ciegos, sordos y mudos, y al final no cumplieron con el juramento que hicieron ante la comunidad.
¿Será porque mucho de estos cargos para regidor, muchos de ellos, tuvieron que “comprar su plaza” y de tal forma, muchos de quienes participan saben “llegó el momento de cobrar lo que ya invertí”? Porque los regidores han dejado en claro, que no están para la defensa de los intereses de los ciudadanos, sino solo para recuperar su inversión y magnificar su capital, y con miras para las próximas elecciones.
Por eso, es de interés cuestionar el papel de los actores políticos y por otro lado promover la participación comunitaria en la elección de los gobiernos locales, sobre todo, ante estos nuevos escenarios en que vivimos, en realidad no podemos estar cruzado de brazos y solapar tanta corrupción en el gobierno; al final, somos los ciudadanos que pagamos impuestos y la Constitución señala esos momentos para elegir a nuestros gobernantes y no dejar en las manos de los vividores, porque al final, todos pagamos las consecuencias de esas malas decisiones.
¿Y el juramento a la Constitución y la bandera? ¿Será que solo representa un montaje que dista mucho al trabajo en donde las autoridades realmente cobijen y apoyen del desarrollo de sus pueblos? ¿Y los valores que pregonan los partidos políticos y las instituciones que promueven la transparencia en la actuación de los gobiernos? Será que algún día funcionen.