PARA CONSERVAR SU DERECHO DE LABORAR DENTRO DE LA ZONA ARQUEOLÓGICA DE CHICHEN ITZA, LOS ARETESANOS NO DEBEN DARLE RAZON AL GOBIERNO, PARA REUBICARLOS

Por: Jesús Solís Alpuche

El Proyecto de reubicación de unos 800 vendedores y artesanos que laboran en el interior de Zona Arqueológica de Chichén Itza, se ha logrado detener a base de una tenaz resistencia de los diferentes grupos, representados por diferentes personas, por medio del diálogo con las autoridades de Cultur y el INAH, cuya ley prohíbe el comercio en el interior de las Zonas Arqueológicas del país.

Desde 2010, agrupaciones de la Sociedad Civil, solidarias con los cientos de familias que viven, de la producción, elaboración y venta de artesanías, dentro de la Zona, en unión de la representación de éstos, logramos la integración de un padrón que le de seriedad y garantía al productor o comerciante de laborar y mercadear dentro de la Zona, de acuerdo a los Usos y Costumbres que adquirieron por muchos años y porque el centro ceremonial de Chichen Itzá es patrimonio histórico del pueblo maya.

Sin embargo, la amenaza de reubicación de los cientos de artesanos siempre ha pesado sobre ellos, pues las cadenas que controlan el turismo nacional e internacional y sus monopolios, constantemente los acusan de falsear la producción de artesanías mayas y no mayas, de ser conflictivos con su constante coso al turismo, o incluso de violar las reglas establecidas por el INAH y Cultur en el interior de la Zona Arqueológica, con el argumento constante de analizar opciones para resolver, lo que para ellos es un “conflicto” que permanece en Yucatán; por lo que según nota publicada el año pasado “Los trabajos para resolver la situación de algunos artesanos que laboran al interior de la zona arqueológica de Chichén Itzá siguen curso, se busca otorgar a los vendedores un espacio digno para que hagan su labor, afirmó el director del Patronato de las Unidades Culturales y Turísticas del Estado de Yucatán (Cultur), Mauricio Díaz Montalvo”.

Reconoció que actualmente la zona arqueológica tiene un exceso de vendedores, pues habría más de mil. «Pero ya estaban ahí antes de que nosotros llegáramos y lo que estamos viendo es que no entren más», dijo el funcionario. Consideró que las gestiones irán avanzando en tiempo y forma durante el año, para que los comerciantes cuenten con un lugar seguro donde comercializar sus productos, mejoren sus ventas y el turismo esté bien atendido.

Mencionó que cuando se logre un convenio, será anunciado por el gobernador Mauricio Vila Dosal, «pero para eso le va a faltar un poco de tiempo, estamos analizando ahorita todas las opciones junto con el Gobierno Federal para llegar a un acuerdo». Admitió importante trabajar el tema junto con la federación brindando las facilidades y ofrecerles un espacio donde puedan trabajar y “todos estemos a gusto”.

Pero aunque los artesanos no deberían “disgustar” al gobierno, la competencia e incluso el despojo del derecho, reconocido en el padrón de registro, entre unos y otros, sucede.

JOSÉ ELIAS CANO NOH con el número 326 en el Registro del sistema Inah-Cultur, con 12 años de trabajar y vender sus artesanías dentro de la Zona, enfermó de gravedad y estuvo en curación por dos años. Recuperado lentamente, hoy le pide a su representante Mariana Mex, la restitución de su espacio, e incluso sus pertenencias, donde se asientan y descansan las artesanías que propone al turismo dentro de la Zona Arqueológica, y no hay respuesta favorable. Aparentemente, la representante ha dispuesto de su derecho, y sus pertenencias, otorgándoselo a otras personas, no obstante, sabía que se encontraba gravemente enfermo.

Cano Noh, es un auténtico productor de artesanías de madera, obsidiana, cuarzo y cerámica, pero su derecho, según me expone, su representante, Teresa Diaz, ha dispuesto de él, lo mismo que de sus implementos de trabajo. Y esto es lo que no se hace, porque le da la razón a las autoridades en la Zona, para poder reubicarlos, como bien quieren los turisteros encadenados en los monopolios que incluso el control de la venta de artesanías, pretenden monopolizar, sacándolos de la donde históricamente se han buscado la vida, porque es su derecho humano como pueblo maya.

Es muy importante que las diferentes representaciones de los grupos que laboran en el interior de la Zona, fomenten la unidad e identidad como pueblo maya productivo de una forma artística muy particular, y no como cualquier tipo de mercaderes que buscan competir por una clientela y menos por un espacio prohibido, para tal fin.

El respeto al trabajo y al derecho de quien se lo ha ganado mediante años de lucha por la conservación del lugar para un trabajo digno, es una divisa que no debe perderse por intereses particulares en el mercadeo. Hago un cordial y respetuoso llamado a las representaciones de Pablo Ehuan y María Teresa Díaz, para que eviten conflictos que dan pie, u oportunidad a CULTUR-INAH de que los sigan acusando como usufructuarios indignos del sagrado lugar donde laboran. Que se le reconozca su derecho a José Eliseo, y que eviten por todos los medios acciones y prácticas excluyentes, ya que, si no es posible, por ahora, incluir legalmente y por derecho a nuevos comerciantes y artesanos, seguir luchando por el derecho al patrimonio cultural que como mayas nos corresponde a todos los yucatecos. Fraternalmente chantzacan@hotmail.com

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