LA BATALLA POR LA TRANSPARENCIA Y DEMOCRACIA EN LAS REDES CONTRA LOS TROLLs

Por: Jesús Solís Alpuche

El tema de los Trolls y los BOTs volvió a mi archivo, por diferentes quejas de Compañer@s, que recientemente son atacados impunemente en las Redes en las que interactuamos y opinamos. Alexa Pérez Trujeque sufrió altibajas en la presión cuando la virtual “Angélica Lastra” la vilipendió por su trabajo político en morena. Eusebio Moo, dirigente de Koneex Mulmeyaheex, AC. Muy alterado en su dignidad maya me cuestionó los ataques de supuestos compañeros del mismo partido, porque hace gestiones independientes para apoyar a sus bases en extrema pobreza en Teabo y Kanasin. Octavio Carrillo ya no le extrañan los ataques que lo siguen, desde que le ganó al juicio por la regiduría de Mérida al corporativo del mismo partido que regenteaba en 2016 Katia Meave. Muchos más Compas de la Izquierda se quejan del acoso, insultos y desahogos, en el Twitter y el Face, principalmente contra del presidente López Obrador en sus perfiles.

En 2014, con el registro de morena como partido político, empecé a incursionar en las Redes Sociales que aún NO eran “Bendecidas” por Andrés Manuel. En 2017-18 el tema de los Troll-Bots tuvo alcances polémicos, que se han prolongado hasta hoy en las esferas de la 4ª.T, sobre todo ahora que Alfonso Ramírez Cuellar, como Presidente de transición, amenaza al PRIANismo interno y externo de articular la unidad institucional de morena, como Partido en el poder.

Recientemente traté de aclarar por teléfono con Carlos Perera, sus incursiones violentas en el Perfil de Morena-Kinchil que administro, y como suponía desde hace mucho, me respondió que ese perfil con su nombre no era él quien lo manejaba, y no era responsable de tales publicaciones, por lo que reportaría dicha suplantación ante quien corresponde.

Soy un Comunicador compulsivo por la libertad de expresión con derecho a la información y desde los 17 años que escribí mi primer artículo en la Revista de la Marina, Armada de México, me entró la fiebre, por leer y escribir, firmando también todos mis trabajos, con el ánimo de hacer trascender a la opinión pública mi criterio y ánimo socializador.

En los momentos más críticos de las campañas electorales, internas y externas, de lo diferentes partidos de Izquierda en que he militado, me gusta el centro del huracán del debate. He respondido y debatido con diferentes Trolls, sabiendo lo que son, precisamente para que mis seguidores vean la diferencia de los enfoques y realidad en la que se mueve el Troll y en la que me muevo. He desaparecido a docenas de éstos. No tiene caso mencionarlos, porque solos se ahogaron en el mar de su inoperancia, dejándome con muy pocos punching bag para seguir ejercitando el estilo

En este tenor ya se imaginará mi lector la atracción que siento por quienes se amparan impunemente, con un alias, para atacar, irritar, acosar, confundir o desprestigiar a personas e instituciones y, al amparo de un seudónimo escriben y lucran con la confusión y difamación. Y aunque históricamente, en los momentos de persecución se justifica la clandestinidad para el uso político del pseudónimo; en la actualidad, el orden de los factores, parece que se ha invertido. Lo poderosos se encubren para difamar con impunidad. Tan popularizado por su mal uso en las Redes, en este momento me parece necesario, que los Trolls y los Bots, sean combatidos, con inteligente habilidad de sobre todo si queremos que este importante medio de INTERACCIÓN COMUNITARIA y cibernética, mantenga su confianza, credibilidad, independencia e influencia.

Pero que es un TROL y de donde proviene el calificativo, que no sustantivo. (Hay que distinguir la diferencia entre un TROL y un BOT. Un trol sustantivo (del nórdico troll) es un temible miembro de una mítica raza antropomorfa del folclore escandinavo. Su papel en los mitos cambia desde gigantes diabólicos —similares a los ogros de los cuentos de hadas ingleses— hasta taimados salvajes más parecidos a hombres que viven bajo tierra en colinas o montículos, inclinados al robo y el rapto de humanos que, en el caso de los infantes, eran sustituidos por niños cambiados. También se les puede llamar «gente de la colina» o «del montículo». En los cuentos de las islas Shetland y Orcadas, los troles son llamados trowes.

En su acepción, TROLEAR en calificativo, refiere al trabajo de la pesca que mediante un barco tiende una línea principal de la cual penden una docena, o más de líneas de cordeles con sus respectivos señuelos de colores vistosos, que sirven de carnadas; cada linea depende de un destorcedor para que no se enreden los cordeles, y de esta maniobra se pueden sacar del mar muchos peces al mismo tiempo. También se puede TROLEAR para eventos públicos o mercantiles por medio de señuelos y merolicos, atracciones musicales, voces y discursos picarescos para atraer público. Pero de hecho este tipo de TROLL no son tan perversos como los que por morbo o por lucro, TROLEAN en las redes.

Algunos sicólogos dicen que el Troll no tiene ideología, pero sí una gran pulsión de odio, hostigamiento y desprecio simple por todo lo que no controla en el descontrol de sí mismo. El Troll es simplista y necesita de un público fiel que lo siga y festeje, aun en su anonimato, a costillas de otro. Sabe que lo fundamental es alterar el estado de ánimo, generando enojo y enfrentamiento. Me sigue un tal Jesse Vaca Desales con estos perfiles y características que hasta ahora no se rinde en su cometido.

El término de BOT viene de la palabra robot, básicamente es un programa informático que puede realizar diversas tareas simulando un comportamiento humano que, a su vez, por lo general tiene una cartera de proveedores que se encarga de los operadores, quienes coordinarán a las personas que se dedican a enviar los mensajes. Una sola persona puede manejar entre 50 y 100 cuentas falsas, para apoyar a afectar los intereses de otros. Y esto es lo lamentable del uso, y el abuso irresponsable del poder, en manipular esta tecnología que debe ser objeto de mejores causas y compromisos. chantzacan@hotmail.com

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